Había una vez en un reino muy
lejano un rey y una reina. Estos no eran unos reyes normales, pues poseían una
belleza única. Sobre todo ella, ella era la mujer más bella, su piel era blanca
y reluciente como la luna, su pelo era rubio, largo y luminoso como el sol y
sus ojos brillantes como las estrellas. Era la mujer más bella nunca vista.
Eran unos reyes y buenos y todo el reino les quería.
Pero cuando la niña tenía 5 años
la reina cayó enferma y antes de morir
cogió una cadena en la que puso su anillo de pedida luminoso como el sol,
un dedal brillante como las estrellas y una cruz reluciente como la luna. Y se
la colgó en el cuello a su hija, diciéndola “toma y acuérdate bien de mi y lleva esto , te
servirá para saber quién eres” . Y al
padre le dijo “encárgate que nuestra hija tenga un marido digno de ella y de su
belleza”. pasados apenas dos días llego el momento en que la madre murió.
Cuando Ángela cumplió 15 años se
pudo observar perfectamente que había heredado la belleza de sus padres pues
era la princesa y niña más bonita del mundo, era delicada y valiente, justa y creía
en el amor verdadero. Como su madre tenía la piel reluciente y blanca como la
luna y además era sueva, su pelo era largo largo y luminoso y rubio que parecía que salían rayos
de sol y sus ojos de un gris llamativo y brillantes como la luna, parecía el
vivo retrato de su madre.
El rey que quería cumplir el deseo
de su mujer hizo comunicado para que
acudieran príncipes de todo el mundo, para encontrar marido para su hija. Ángela
era famosa por su bella al igual que sus padres por muchos reinos, por lo que a
dicho llamamiento a la que acudieron un montón de príncipes. El que más le
gusto al padre fue uno que muy muy guapo
y además rico. El padre al verle decidió que sería buen esposo pues era rico y
guapo. Entonces el padre presento aquel príncipe tan guapo a su querida hija Ángela.
Entonces el príncipe para mostrar
su poderío decidió que a Ángela se la consiguieran tres vestidos único y hechos
a medidas por lo que contrato a los
mejores modistas de todos los reinos para conseguir: un vestido luminoso como
el sol, otro brillante como las estrellas y otro reluciente como la luna.
Mientras iba pasando el tiempo
hasta que consiguieran el abrigo, Ángela veía como el príncipe quería manipular
al padre.
Pero finalmente el padre consiguió
el abrigo.
Ángela que quería mucho a su padre,
pero al ver que el esta totalmente engañado por aquel príncipe egoísta, decidió
escapar.
Una noche cogió un
saco en el que metió los tres vestidos y se puso el abrigo de toda clase de
pieles con una capucha que cubría todo
el rostro y se escapo.
Se fue muy muy lejos, estuvo varios días y noches vagando por uno bosques desconocidos para
Angela, un día empezó a oír voces entonces se escondió temerosa de que fuera la
guardia de su padre, pero era un muchacho, el cual tendría su misma edad,
cabalgando que parecía estar cazando. Aquel muchacho iba acompañado de otra persona
más mayor que parecía estar instruyéndole. Cuando Ángela se dio cuenta de que había
sido vista y ante el medio de ser confundida con un animal dijo:
-no no
me hagáis daño solo soy una pobre muchacha perdida
El muchacho al oírla dijo
-quien
sois ¿ y que hacéis aquí?
- no
recuerdo nada solo que me he levantado aquí
- pues
si queréis podéis venir a mi palacio y estar ahí hasta que recuperes la memoria´¿
como os llamáis?
- no lo
recuerdo
- pues
como tu atuendo hasta que recuerdes el nombre serás toda clase de pieles
Toda clase de pieles acepto la proposición, conmovida por
aquel gesto, pero se cubrió la cara con la capucha del abrigo y no se dejo ver
el rostro.
El muchacho resulto ser un príncipe de un pequeño reino. Al
parecer era un príncipe muy querido pues cuidaba mucho a su pueblo dándoles de
todo y atendiendo sus necesidades. El príncipe ordeno que el castillo se le
preparara una habitación para ella y se la atendiera correctamente. Pasaron
alguno días y Ángela o toda clase de pies recupero fuerzas . El príncipe
siempre iba a visitarla pero ella siempre llevaba puesto el abrigo y así no se
dejaba ver. El príncipe siempre le preguntaba:
-¿ha
recuperado hoy algo de su memoria?
A lo que toda clase de pieles siempre negaba la cabeza, hasta que un día dijo:
- - Ya que habéis sido tan amable conmigo y mientras
estoy aquí me gustaría serviros de ayuda.
- - pues nuestro amigo el cocinero necesita un
pinche de cocina asi que le servirías de gran ayuda
Asi que dicho esto toda clase de pieles paso a ser la nueva
ayudante de cocina. Aunque no se dejaba ver, pues iba a todas partes con el
abrigo, se había fijado el príncipe y le había resultado guapo y no solo eso si
no que que vio que era bueno y que era muy querido tanto en el pueblo como en
su castillo y además con ella era muy atento, y sintió que se empezaba a
enamorar de él. El cocinero que no era tonto al ver como se podía la muchacha cada vez que entraba el príncipe , se dio
cuenta que a toda clase de pieles le gustaba el príncipe y le dijo:
-dentro
de dos días hay una baile en palacio, que lo organizan los reyes para encontrar
esposa, vístete para la ocasión y consíguele, el baile dura tres jornadas, te
cubriré durante ese tiempo. Lo único que tendrás que hacer es estar aquí antes
de las 12 para cuando termine la fiesta
estar aquí. Pues el siempre viene y le va extrañar el no verte.
Asi que toda clase de pieles llena de emoción decidió dar uso
a los vestidos que se había llevado consigo.
Para la primera noche se quito el abrigo y se puso el
vestido brillante como las estrellas y se dirigió hacia el salón donde la
ceremonia ya había empezado. Al verla el príncipe quedo maravillado y la cogió
de la cintura ya la saco a la pista a bailar y estuvieron hablando y bailando y
riendo durante la ceremonia hasta que llego la hora indicada y Ángela, se fue a
su aposento se puso el abrigo fue a la cocina. Cuando vio al príncipe entrar en
la cocina en su mano vio algo que le resulto familiar, era un dedal brillante
como las estrellas se llevo la mano a su cadena y vio que en efecto su dedal faltaba,
se le habría caído al bailar.
Al día siguiente se repitió el mismo proceso, pero esta vez
la princesa se puso el vestido reluciente como la luna, bailo y hablo con el
príncipe como la noche anterior y a la hora indicada volvió a desaparecer, pero
esta ocasión fue ella quien dejo caer la cruz reluciente como la luna. Se fue a
su habitación se puso el abrigo y fue a la cocina. Puedo comprobar con satisfacción
al ver al príncipe entrara en la cocina que también levaba consigo la cruz.
La última noche se puso el vestido dorado como el sol y bailó
con el príncipe, pero esta vez al llegar la hora al irse noto como alguien le agrava:
-
-Es la tercera noche que te vas sin avisar,
después de pasar una fantástica velada ´¿Por qué?
Ángela no supo que
decir
- -Dime al menos tu nombre
- - Ángela- y dicho esto toda se marcho
- -Desde el primer baile supe que eres tu pues tu
manera de moverte es inconfundible, y desde el principio me gestantes pues me pareciste
una chica curiosa e intrigante, y
enseguida supe que era tuyo el dedal brillante como las estrellas, como tu
primer vestido y como tus ojos, la cruz reluciente como la luna como tu segundo
vestido y como tu piel, y este anillo
luminoso como tu pelo y tu vestido de hoy.
Entonces los dos se miraron y se besaron apasionadamente, Ángela
le contó toda su historia lo de su padre el príncipe egoísta el porqué de los vestidos
y abrigo. El príncipe compresivo decidió acogerla en su pequeño reino y no como
una chica cualquiera si no como futura reina. El príncipe y Ángela se casaron y fueron uno grandes reyes con una vida llena de amor y salud y
colorín colorado este cuento
se ha acabado
Perfecto.
ResponderEliminar